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Refinado y luminoso sin ser llamativo. El oro cepillado combina la calidez del oro con una textura mate y estriada que captura la luz sin brillar. Este acabado es ideal para ambientes suaves, decoraciones minimalistas o espacios inspirados en el estilo Japandi o Wabi-Sabi. Menos intenso que el oro pulido, conserva su valor. Perfecto para añadir profundidad a un mueble de madera clara o para contrastar con un lavabo blanco. Duradero, elegante y atemporal.